“Sa madona de Binifadet”
A Binifadet de sa torre, un dia els
moros pirates hi van sorpendre sa Madona; però tengué temps d’agafar s’escaleta
de caragol i pujà dalt sa torre per fugir d’ells i donar es toc d’avís des
moros en terra!
Els moros li pigaren darrere, escala
amunt. S’escala feta de fuies de llenya
d’auzina ballava dins un canó estretenc i no permetia més que tot just es pas
d’una persona. I amb prou feines. Per franquetjar s’obertura de dalt, feta com
s’escotilló d’una nau, era necessari agafar-s’hi amb ses mans.
Sa Madona, sentint que la perseguien,
es posà ran de boca de s’escala, destral en mà, i anà obrint es cap als inimics
a tants com se n’hi arribaren: moro que
arribà dalt, rodolà escales avall, estrucant es cos mort en sa caiguda els vius
que li anaven darrere. I ja per por de sa destral de sa coratjosa Madona, ja
perquè temessin veure’s descoberts, els moros fugiren de cap a sa nau.
Conten que, fa poc, encara es conserva
s’escala de caragol de taules d’auzina a sa Torre de Binifadet.
Sa recordança des fet durarà més que
s’escala i que sa torre: no s’esborrarà
mai.
“La señora de
Binifadet”
En Binifadet de la torre, un día los
piratas sorprendieron a la señora que allí vivía; pero esta, tuvo tiempo de
llegar a la escalera de caracol y subió a lo alto de la torre para huir de
ellos y avisar a todos los vecinos, ¡piratas en tierra!
Los piratas la siguieron y ya casi le
pisaban los talones. La escalera estaba
hecha de tablones de encina y era tan estrecha que no permitía apenas que una
sola persona pasase. Y con bastante
dificultad, para franquear la apertura de arriba, hecha como la escotilla de un
barco, era necesario cogerse con ambas manos.
La señora, oyendo que la perseguían, se
puso a ras de boca de la escalera, hacha en mano, e iba cortando la cabeza de
tantos piratas que se acercaban, pirata que arriba llegaba, descabezado bajaba
de sopetón escaleras abajo y con su caída tiraba a los vivos que le venían
detrás. Y ya por miedo al hacha de la valiente mujer, ya por temor a verse
descubiertos por el vecindario, los piratas huyeron hacia su barco.
Cuentan, que aun hoy se conserva la
escalera de caracol hecha con tablones de encina en la Torre de Binifadet. Su
recuerdo, que durará más que la escalera
y que la torre, no se borrará jamás.
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