jueves, 12 de mayo de 2016

Leyenda: La Senyora de Binifadet

“Sa madona de Binifadet”


A Binifadet de sa torre, un dia els moros pirates hi van sorpendre sa Madona; però tengué temps d’agafar s’escaleta de caragol i pujà dalt sa torre per fugir d’ells i donar es toc d’avís des moros en terra!

Els moros li pigaren darrere, escala amunt.  S’escala feta de fuies de llenya d’auzina ballava dins un canó estretenc i no permetia més que tot just es pas d’una persona.  I amb prou feines.  Per franquetjar s’obertura de dalt, feta com s’escotilló d’una nau, era necessari agafar-s’hi amb ses mans.

Sa Madona, sentint que la perseguien, es posà ran de boca de s’escala, destral en mà, i anà obrint es cap als inimics a tants com se n’hi arribaren:  moro que arribà dalt, rodolà escales avall, estrucant es cos mort en sa caiguda els vius que li anaven darrere. I ja per por de sa destral de sa coratjosa Madona, ja perquè temessin veure’s descoberts, els moros fugiren de cap a sa nau.

Conten que, fa poc, encara es conserva s’escala de caragol de taules d’auzina a sa Torre de Binifadet.

Sa recordança des fet durarà més que s’escala i que sa torre:  no s’esborrarà mai.





“La señora de Binifadet”


En Binifadet de la torre, un día los piratas sorprendieron a la señora que allí vivía; pero esta, tuvo tiempo de llegar a la escalera de caracol y subió a lo alto de la torre para huir de ellos y avisar a todos los vecinos, ¡piratas en tierra!

Los piratas la siguieron y ya casi le pisaban los talones.  La escalera estaba hecha de tablones de encina y era tan estrecha que no permitía apenas que una sola persona pasase.  Y con bastante dificultad, para franquear la apertura de arriba, hecha como la escotilla de un barco, era necesario cogerse con ambas manos.

La señora, oyendo que la perseguían, se puso a ras de boca de la escalera, hacha en mano, e iba cortando la cabeza de tantos piratas que se acercaban, pirata que arriba llegaba, descabezado bajaba de sopetón escaleras abajo y con su caída tiraba a los vivos que le venían detrás. Y ya por miedo al hacha de la valiente mujer, ya por temor a verse descubiertos por el vecindario, los piratas huyeron hacia su barco.

Cuentan, que aun hoy se conserva la escalera de caracol hecha con tablones de encina en la Torre de Binifadet. Su recuerdo, que durará  más que la escalera y que la torre, no se borrará jamás.





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